El cambio de hogar o la puesta a punto de una segunda residencia pueden ser motivo de estrés, tanto por lo que representa la preparación de los objetos y el mobiliario como porque la mudanza se nos hace una montaña. Un poco de organización y de planificación ayudará a realizar el traslado sin mayores contratiempos y sin caer en la desesperación. En primer lugar, es importante intentar tenerlo todo previsto. Después de fijar el día exacto en que queremos realizar la mudanza, debemos disponer de un inventario de todos los objetos, enseres y muebles que hay que transportar. Este es un momento idóneo para deshacerse de cosas inútiles, inservibles o que nunca vamos a necesitar.
Una vez tenemos un listado con el inventario, hay que seleccionar a una empresa especializada. Es conveniente solicitar condiciones y precios a tres profesionales distintos, y hacerlo con un margen mínimo de tres semanas para que el transportista pueda organizarse y para tener tiempo de reacción suficiente ante cualquier imprevisto.
Se recomienda pedir a las empresas seleccionadas que nos visiten para hacer un presupuesto. Es importante disponer de la oferta por escrito y con la especificación de todas las condiciones. No es en absoluto aconsejable cerrar el trato por teléfono. Si no hay constancia escrita puede pasar cualquier cosa.
Una vez elegida la empresa, hay que comprobar que cumpla con los requisitos establecidos por la ley relacionados con el sector. El contrato sólo hay que firmarlo cuando todo esté de acuerdo a las exigencias.
Debemos comprobar que en el documento figuren los datos de la empresa, el inventario, el recorrido, la fecha de la mudanza y el precio. Como es lógico, el embalaje, en caso de dejarlo en manos del transportista, supone un coste añadido.
Nunca se debe incluir en la mudanza objetos de valor como joyas, objetos de arte, pólizas de seguros, documentos legales, etc. Es mejor llevarlos encima. En el caso de muebles u objetos valiosos, hay que fotografiarlos antes de embalarlos. De esta forma, si sufren algún desperfecto durante el transporte dispondremos de pruebas para presentar una queja y hacer válida la garantía.
Muchas empresas permiten contratar un seguro para la mudanza. Hay que valorar si resulta conveniente en función del valor material o sentimental de lo que vayamos a trasladar.
Una vez la operación en marcha, es recomendable estar presente en el momento de la salida de los muebles, de la carga en el camión y en la recepción en la nueva residencia.